Los ópticos de Pontevedra advierten: "Una mala visión puede estropear un año escolar"
- asopticasmadrid
- 4 sept
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Con la llegada de septiembre y el inicio de las clases, la salud visual de los más pequeños vuelve a situarse en el centro de las recomendaciones de los profesionales.
En Pontevedra, el óptico-optometrista Fernando Otero Frías, de Döce Öpticos y miembro del Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia, insiste en la necesidad de que los niños se sometan a revisiones anuales para garantizar un buen rendimiento académico y deportivo.
“Cuanto antes se detecten los problemas visuales, más fácil será solucionarlos y más se evitarán consecuencias a largo plazo”, señala el especialista.
Problemas visuales no detectados
Otero recuerda que no basta con comprobar si un niño ve de lejos o de cerca, sino que es necesario valorar todo el sistema visual: cómo enfocan sus ojos, si trabajan en coordinación, si ambos aportan información de manera equilibrada y si la visión en profundidad está desarrollada.
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“Un niño puede dar la impresión de que ve bien, porque un ojo funciona correctamente, pero si el otro no lo hace, pierde la visión en 3D y la capacidad de calcular distancias. Eso puede hacerle parecer más torpe en el deporte o en la vida diaria, cuando en realidad lo que ocurre es que no ve con los dos ojos de la misma manera”, explica.
El Colexio de Ópticos de Galicia subraya que estas dificultades no detectadas influyen directamente en el aprendizaje. Según datos de la entidad, hasta un 30 % del fracaso escolar está relacionado con problemas visuales no diagnosticados. La visión es responsable del 80 al 90 % de la información que reciben los niños del exterior.
La visión es fundamental en el deporte
Fernando Otero Frías recuerda que la visión desempeña un papel fundamental en las actividades deportivas. El Colexio de Ópticos de Galicia señala, además, que una investigación de la Universidade do Minho (Portugal) concluye que, en el terreno de juego, hasta un 80 % de la información que llega al cerebro lo hace a través de la vista, lo que pone de relieve la importancia de contar con un sistema visual sano y equilibrado.
Las capacidades más importantes para el rendimiento deportivo, como la agudeza visual, la coordinación ojo-mano-cuerpo, la memoria visual, la visión periférica o la percepción de la profundidad, dependen de un sistema visual sano.
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Otero insiste en que la coordinación ocular comienza a desarrollarse desde muy pequeños y que incluso actividades como el gateo son fundamentales para mejorar la motricidad futura.
Los profesionales recomiendan cuidar la seguridad ocular de los niños durante las actividades en movimiento. El Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia, insiste en el uso de gafas deportivas con la graduación adecuada, que no solo mejoran el rendimiento, sino que también protegen frente a posibles lesiones en actividades de riesgo.
Los síntomas a los que prestar atención
Otero Frías apunta que los síntomas a los que deben prestar atención los padres y los docentes van más allá de que un niño se queje de no ver la pizarra. “Hay que fijarse en señales como el cansancio prematuro cuando leen, los dolores de cabeza recurrentes, la falta de concentración o la tendencia a abandonar antes de tiempo los deberes. En muchos casos no es que el niño se distraiga o sea perezoso, sino que le cuesta más esfuerzo porque su sistema visual no funciona correctamente”, explica.
También los profesores tienen un papel importante, porque suelen detectar dificultades cuando un alumno no rinde igual sentado en la parte trasera de la clase.
El especialista pontevedrés insiste en la importancia de establecer revisiones anuales a partir de los seis años, cuando comienza una etapa escolar más exigente. “Lo ideal es que se revisen incluso desde el primer año de vida, pero como mínimo a los seis años todos los niños deberían pasar un examen visual. El ojo está en desarrollo y es necesario comprobar que ese crecimiento es normal”, afirma.
Menos móviles, más aire libre
Otro de los aspectos que destaca Otero Frías es la influencia de los hábitos actuales en la salud ocular. El aumento del tiempo frente a pantallas y la reducción de las actividades al aire libre está provocando un incremento de la miopía en edades cada vez más tempranas.
“Los niños deberían pasar más tiempo al sol y utilizando la visión de lejos. La luz natural es fundamental para un desarrollo ocular saludable. En cambio, cada vez pasan más horas con móviles, tablets u ordenadores, lo que favorece la aparición de problemas visuales”, advierte. Por ello, recomienda mantener siempre una distancia de unos 30 a 35 centímetros al leer o usar pantallas, evitar utilizar dispositivos en la oscuridad y hacer pausas de descanso visual cada hora, mirando a lo lejos o saliendo a la calle a dar un paseo.
El error que más cometen los padres
El especialista de Döce Öpticos también advierte sobre los errores más frecuentes que cometen las familias: “Uno de los más habituales es dejar a los niños muy pequeños con teléfonos móviles. No están indicados para esas edades y, si se utilizan, deben ser el menor tiempo posible. Otro error es permitir que los usen en habitaciones a oscuras, porque la intensidad de la pantalla daña más si no hay una luz ambiental que compense”.
La tecnología, sin embargo, también está aportando soluciones. Hoy existen programas y terapias visuales asistidas por ordenador que hacen más entretenidos los ejercicios de reeducación visual para los niños, además de avances en el control de la miopía si se detecta a tiempo.
Fuente: Diario de Pontevedra




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